La competencia y los precios «low cost» marcan la diferencia para muchos usuarios que llenan los depósitos de sus vehículos, con una reducción que a veces puede alcanzar hasta los 20 céntimos por litro y si la media de cada depósito la ponemos en 50 litros, resulta un ahorro de 10 €, una cantidad nada despreciable en los tiempos que corren.
¿Es lo mismo repostar en una gasolinera «low cost» que en una «premium»?
La realidad es que no, pero vamos a desarrollar un poco este tema para que podamos entenderlo.
La mayoría de hidrocarburos que se venden en España proceden de una única compañía:
Compañía Logística de Hidrocarburos o CLH
Las grandes petroleras como Repsol, Cepsa, BP, Shell…, lo que hacen es añadir al combustible una serie de aditivos especiales que mantienen en alto secreto, y lo hacen con el fin de mejorar el rendimiento del motor y evitar el desgaste de todas las piezas vinculadas a la combustión.
Conociendo esto, podemos saber que cualquiera de las grandes marcas venden un producto mejor que las gasolineras «low cost», y que por tanto, esto hará que la vida de nuestro vehículo sea mayor.
¿Eso significa que los combustibles de las gasolineras «low cost» son malos o de baja calidad?
No necesariamente. Este tipo de gasolineras de bajo coste están obligadas por la normativa europea y española a garantizar un mínimo de calidad.
La inexistencia de aditivos especiales, así como la reducción del número de trabajadores de estas estaciones de servicios, entre otras cuestiones comerciales; posibilitan que el precio del combustible sea menor.
Evidentemente, la diferencia de la costumbre que tengamos, va a determinar que nuestro vehículo dure más o menos, o empieza antes o después a darnos problemas.