De mediadores de seguros a gestores de cobro

La confluencia de circunstancias en el sector asegurador ha provocado que, cada vez más, los mediadores y corredores de seguros se hayan convertido además, en gestores de cobro de las propias pólizas que han mediado.

Los últimos años de crisis, la competencia tremenda que existe, la facilidad de pago de algunas aseguradoras afines a entidades bancarias por ejemplo, que son capaces de englobar varios seguros (auto, moto, vida, salud) y hacer su pago mensual, en contraposición a la inflexibilidad de aseguradoras clásicas.

El impago cada vez más frecuente de pólizas en sus primeros meses de fraccionamiento.

El servicio adicional que algunos mediadores ofrecen a sus clientes a la hora de pagar la póliza en dos o tres meses lidiando con los períodos de anulación de la compañía con el fin de asegurarse la póliza.

De mediadores de seguros a gestores de cobro

El pago del seguro en oficina y en efectivo, en vez del clásico recibo bancario. Las devoluciones por subidas grandes o pequeñas en el precio de renovación que, frecuentemente, provocan que las corredurías de seguros tengan que reinventarse y colocar el producto en otra entidad.

Si hablamos de empresas, la cosa pinta aún peor. Las hay que pagan puntualmente sus recibos bancarios, pero lo que más abundan son aquellas otras empresas que, con intención o no, utilizan los grandes volúmenes de prima que mueven para financiar su negocio.

¿De qué manera?

Pagando los recibos mediante pagarés a varios meses vista. Mientras tanto las aseguradoras asumen los siniestros.

Es una práctica generalizada que no deja de ser un verdadero quebradero de cabeza, ya que con cada devolución hay que realizar su correspondiente registro y su gestión de cobro, aunque también se da en sentido opuesto, empresas que pagan mediante pagarés a los corredores y éstos financian su negocio hasta que terminan liquidando esos recibos a la compañía varios meses después.

En otros supuestos, los vehículos cuyos recibos están pendientes acaban vendiéndose, por lo que, tras disfrutar de unos meses de cobertura, si no ha tenido siniestros, terminan anulándose.

Para facilitar en la medida de lo posible todo este entramado de impagos y devoluciones, las aseguradoras aumentan cada vez más sus períodos de cobro (“período de gracia”), facilitan el pago de recibos mediante sistemas con tarjeta de crédito o las liquidaciones que los propios mediadores pueden hacer por el sistema informático de la compañía.

Las aseguradoras ayudan al mediador enviando cartas a los asegurados advirtiendo del impago, más de uno también es muy despistado.

Contactan igualmente con el cliente vía telefónica y, a veces, reconducen las situaciones.

Recordemos que asegurar el vehículo es obligatorio por ley. Las sanciones administrativas por no hacerlo son cuantiosas y después no hay manera de acreditar la existencia de seguro, pues, hoy va todo mediante sistema informático que registra la fecha de efecto y la hora en que se hace la póliza.

Además, debemos trasladar nuestra responsabilidad patrimonial a la compañía de seguros, ya que, de lo contrario, todos nuestros bienes, incluso nuestra nómina y ahorros, están de garantes ante cualquier suceso que nos obligue a indemnizar a un tercero lesionado o perjudicado.

LaGuiadelSeguro

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